Cerrar la puerta a cal y canto. Guardarse los ríos que fluyen por sus ojos como dos glaciales. Coger las llaves del coche. Encender la radio hasta que los cristales tiemblen. Dejar los ríos fluir y a los cuervos verter el color de sus plumas en ellos. Noche y negro. Coche y carretera. Fuego y hielo.
Girar la llave y hacer rugir al motor. La bestia sale.
Conducir con dirección. Pasar de largo su casa.
Conducir sin dirección.
Ahora es su impulso quien dirige el motor. Gritar hasta que la garganta se muere. Dar un volantazo. Acabar en una cuneta. Desangrarse lentamente. Derramar las palabras, los sueños y los recuerdos.
Sonreír.
Gracias.
Paula Bonet