miércoles, 26 de julio de 2017

Clavos

Resultado de imagen de albert soloviev alas

No quisiera compadecerme de mí
porque no hay mucho por lo que llorar,
aunque a veces 
es más de lo que hay para reír.
Pero.

Ahora soy un trozo de mí
y otro de restos 
de esos que nunca 
se terminan de reparar del todo.

No voy a mentirte: 
podrás recomponerme 
(podré recomponerme),
pero seré partes que funcionan
con pegamento barato,
resquicios por los que entrará el dolor
como un soplo de aire-fuego.

Para dar hay que tener.
Yo tengo todo lo que te doy,
pero no es todo,
es más bien nada.

Dame tiempo para que enterrar 
(que no olvidar)
sea cada vez menos difícil.
(Todo esto me pasa por ser valiente).

Un clavo deja el otro clavo dentro
y te hará un moratón nuevo,
si es que merece la pena.

Cuidado con la bestia:
tiene el corazón partido en, 
para quien, 
demasiados cristales
por un mismo hacha.
Es decir: 
que el corazón corta 
y no quiero hacerte daño.

Un animal herido es peligroso,
pero puede que no demasiado.

Yo solo te advierto 
de todas estas taras,
para que sepas que el precio 
por unas alas rotas
puede ser más alto que el vuelo.

(Ahora mismo solo me concentro 
en extirparme 
mi propio veneno).