jueves, 29 de agosto de 2013

Eclipses

Se perseguían incesantemente, pasando por cada rincón del universo. Apenas uno acababa de irse, el otro comenzaba a asomar la cabeza, contemplando  la estela que la noche había dejado pasar.

La noche inundaba el la tierra de esperanza, cobijaba a los amantes, daba una tregua en este mundo de locos.

El día anunciaba una nueva oportunidad, combatiendo el frío que había dejado su amante.

Cuidaban de emendar los crímenes que el otro había cometido. Para que les perdonaran. Para que pudieran estar juntos. Pero, poco a poco, se dieron cuenta de que eran esclavos del mundo que giraba sin percatarse de ellos.

Tan solo, de vez en cuando, ella le alcanzaba y, siendo tan pequeña a su lado, tapaba su inmensa luz y se fundían en uno solo. Hacían el amor a la vista de todos, sin permitirles mirar sin perderla. 

miércoles, 22 de mayo de 2013

Las gotas (V)

"No encuentro el camino, la dirección correcta". 
Esa frase les partió a los dos en infinitos pedazos. 

La veía alejarse, dejar de escribir por él. Dejar de amarle.

Las gotas de agua, que juntas ardían, se reducían a ceniza. 

Las cartas se quedaban en silencios plasmados en papel que no decían nada.

La música arrinconaba cada recuerdo y lo hacía punzante.

Aquella tarde, encerrada en su coche, con el rímel perfectamente perfilado y la lluvia cayendo por los cristales de las ventanas, se perdió. Observó el mapa de gotas. Ya lo entendía. El fin no es si no el comienzo. 

"Porque no estoy perdida, solo es que me gusta caminar por aquí, por allí. Sola, acompañada".

Vaya a dónde vaya. Y caminar, caminar…  Caminar a la espera de un problema, caminar a la espera de tu cuerpo, caminar buscando un no buscar.

Paso lento, paso firme.

martes, 7 de mayo de 2013

La ventana de mi cuarto

Si tan solo miraba podía ver unos cuántos árboles enterrados entre el asfalto y los edificios alumbrados por las farolas. 

Si observaba un poco más, sus ojos atisbaban también la fina lluvia que cubría las calles. 

Un poco menos, y el cristal translúcido, vacío.

Un poco más, y carreras de gotas en las ventanas.

Un poco menos, y el marco de los cristales.

Y en la justa medida, entre el más y el menos, encontraba su reflejo, difuso y desgarbado. Y sólo contemplando, observando, se encontraba consigo.