lunes, 27 de marzo de 2017

Promesa 912 (una por cada día de relación)


Sucederá. No sé cuándo va a ser. Seguro que no será pronto, que pasarán dos meses o cinco. No sé si quizás un año o tres. No sé si será el hecho de que el principio de eso por lo que me has cambiado se tornará rutina, o será porque hayan empezado las vacaciones. No sé si será al ver una foto mía desnuda o al leer uno de tus propios versos que ya no pertenecen a nadie.

Seguro que para entonces habrás besado otras bocas y jugado en otras camas, seguro que creerás que ya me has superado. Seguro que ya habrás hecho todas esas cosas que, se suponía, yo te impedía.

No sé cómo ni cuándo llegará, pero tú lo verás venir como quien salta desde el octavo escalón de una escalera y sabe que se hará mucho daño al caer. No sé si estarás preparado, aunque supongo que no.

No sé si serán la nostalgia o la necesidad de llenar el vacío que te dejarán las discotecas, después de una noche y otra y otra...

No sé cuándo va a ser, pero un día te arrepentirás de haberme tirado a la basura como a un juguete roto de los que te cansas de guardar y te darás cuenta de que te pasarás buscándome en otras vidas el resto del amor. Tendrás una cicatriz muy fea sin curar, que no te habré hecho yo. 

Porque, herida mía, no sé cuándo será, pero seguro que será tarde.

domingo, 26 de marzo de 2017

No iba a funcionar


No, no iba a funcionar.

Tú eras cristiano, yo agnóstica (que me gusta a mí dudar).
Tú eras igualista, yo feminista hasta la médula.
Tú eras taurino, yo antitaurina.
Tú tirando hacia la derecha, yo tirando hacia la izquierda. 
Tú futbolero, yo atleta.
Tú publicista, yo periodista.
Tú hielo, yo fuego (¿o era al revés?).

Mirándolo bien, no sé qué cojones hacíamos juntos ni a dónde pretendíamos llegar.

No iba a funcionar, pero qué bien funcionó.

miércoles, 22 de marzo de 2017

El ladrón



Quiero gritar(te):

                   Cobarde

                           Estafador

                                  Herida

                                       Catástrofe

                                              Pesadilla

Si ni si quiera duele(s), 

¿alguna vez existió?  

Y el grito se muere en mi garganta.

Me has quitado hasta eso 
(cabrón).          

martes, 14 de marzo de 2017

Refugio

Me refugio en el pasado que ya no duele, el pasado que quema, el pasado que arde, el pasado que ya no escuece. Me refugio en lo imperecedero y sus millones de razones, lo imperecedero que es roca, que es día, que es columna y soporte. Me refugio en la apatía, hoy mi mejor enemiga, la noche. Me refugio en las zapatillas y la pista. Me refugio en no acordarme.


lunes, 13 de marzo de 2017

Volantazo

Cerrar la puerta a cal y canto. Guardarse los ríos que fluyen por sus ojos como dos glaciales. Coger las llaves del coche. Encender la radio hasta que los cristales tiemblen. Dejar los ríos fluir y a los cuervos verter el color de sus plumas en ellos. Noche y negro. Coche y carretera. Fuego y hielo.

Girar la llave y hacer rugir al motor. La bestia sale.

Conducir con dirección. Pasar de largo su casa. 

Conducir sin dirección.

Ahora es su impulso quien dirige el motor. Gritar hasta que la garganta se muere. Dar un volantazo. Acabar en una cuneta. Desangrarse lentamente. Derramar las palabras, los sueños y los recuerdos. 

Sonreír.

Gracias.

                                          Paula Bonet