"Maldita la certeza indeseable, el ancla que sujeta las piernas de las almas que un día se creyeron inmortales. Yo fui inmortal hasta los cinco años, luego ya vinieron las disputas y los reproches [...]".
Ana Isabel García Llorente
La reina leona de la sabana,
la Medusa más Medusa,
la cattana en la boca,
y la dureza nivel ocho
en la escala de Mohs.
-Cualquier definición sobre ti
se queda pequeña
aunque la escribieras
tú misma-.
Tú,
que reivindicando
musas y guerreras
te convertiste en epopeya.
Tú,
que con la última palabra
-siempre en la boca-
hiciste nacer Lisístratas
donde antes Helenas.
Tú,
que te perpetuaste en mito
-jamás caído-
que te mereciste
la vida hasta tal punto
que tu muerte es una injusticia,
que pintaste las paredes
de los barrios
cuando ya te habías ido.
Tú,
que con tu oficio nos recordaste
a los poetas
que lo nuestro
no eran ni las mates
ni las ciencias.
-Hasta los cinco años te pensaste inmortal
e inmortal te has quedado-.