De brisas que soplan sin viento que las empuje a moverse, de cosas que quieres decir sin motivo aparente. De esos gritos que no tienen voz ni voto, porque simplemente quieren existir sin tener nada que reivindicar (o a lo mejor sí). De esas noches que el corazón, la cabeza y el aire (de nuevo) te lo piden. De esos recuerdos que llegan sin previo aviso y sin llamas que los aticen.
Se pasa la vida mientras las brisas nos llegan. Se pasan los días mientras la inspiración nos prende de ganas de gritar que ESTAMOS VIVOS, JODER. Y, como una estrella fugaz que pasa, se apaga de un fogonazo al día siguiente. (¿Qué coño nos pasa?).
Pero estoy viva y esta noche he respirado las estrellas y he inspirado recuerdos que me llenan de momentos que algún día vendrán porque aún no han pasado. Y tengo ganas de deciros decirme que soy eso que jamás pude ser: yo. Un yo con cuerdas de un pasado y una infancia salpicados de publicidad y rituales, pero un yo más limpio que nunca de vuestras putas opiniones. "Me la sudan", diré... Aspiro a eso, por ahora y mientras voy labrando un camino que creo que es el que yo quiero. Nunca estoy segura del todo de cuánto de lo que hago es lo que yo misma deseo.
Soplan brisas de un cambio que nunca llega, más que algunas etiquetas de marcas pagadas con cosas que no me gustan. Sopla demasiado tarde, mientras el tiempo se lleva mis años y en las encuestas me encasillan en la categoría de adultos. Se me está hiendo tarde ¿para qué? Cada cuál que lleve su ritmo, diréis. Pero los otoños pasan y las hojas cada vez se caen más tarde, y los inviernos llegan cada vez con menos nieve, y las flores se adelantan a las primaveras, mientras los veranos se alargan en mares de cada vez más tierra. Tómate tú tiempo, pero ni el cambio climático ni la vida se tomarán el suyo.
Haz lo que te de la puta gana con ese tiempo, pero vive, o no. Y, por favor, no seas un triste negacionista del cambio climático (porque el tiempo se te pasa en las pantallas, en las tiendas, en las cosas que no necesitas, en las personas que no te quieren, en las modas que no te gustan, en las quimeras que no cumples, en las discusiones que no son revoluciones, en los amores con condiciones, en las puertas que tienen llave, en las relaciones que tienen barrotes, en los miedos irracionales, en las normas, en la burocracia, en la pereza, en los domingos, en los "bien, por fin es viernes", en la cordura de esta maldita sociedad a la que le importa una mierda tu rumbo).
Tic tac.