I
Vamos en el coche,
tú, en el asiento de alante,
yo, en el de atrás
y encojo mis piernas
mientras tú las e s t i r a s.
y encojo mis piernas
mientras tú las e s t i r a s.
El espacio a tu gusto.
Del ventilador,
el invierno llega
hasta mis brazos desnudos,
pero tengo miedo de pedirte
la mudanza del tiempo
por si la respuesta
la mudanza del tiempo
por si la respuesta
encendiera mis demonios.
Y callo.
II
Un desconocido quiere ayudarme
a llevar la maleta,
a transportar las cargas
que decidí como propias,
pero no le dejo, porque son mías.
pero no le dejo, porque son mías.
Y me aferro a ellas
como los tampones a los coños,
pero me las quita
como si estuvieran secas.
Y su ayuda me raspa.
Y no callo,
pero nadie escucha.
III
El Tártaro se ha abierto
y ya no hay cielo que lo ampare.
y ya no hay cielo que lo ampare.
Solo el techo de este cuerpo encogido,
solo la superficie de esta piel
que se eriza ante el frío
de tu invierno dictado.
que se eriza ante el frío
de tu invierno dictado.
Y grito
mientras me todos me dicen
que si me pongo así
perderé la razón.
IV
Tu sosiego ante esta discusión
es un privilegio
y la rabia mi derecho.
y la rabia mi derecho.