Este escucharte en las canciones, como si me las cantaras, desafinando, como siempre. Este verte en cada poema, en cada cama, en cada estación de metro. Este tener que quererte desde aquí. Y tú allí.
Yo, llegando puntual a todas partes, y mi raya, sin correrse.
Porque como estás allí todo está en orden. Y como estoy aquí por las noches se duerme.
Y Madrid se pone triste porque el mar de tus ojos se esconde.
Y los andenes lloran cuando los trenes se escapan.
Y los ascensores no se paran.
Y todo el mundo llega a su destino, sigue viviendo, mientras yo te espero.
Pero tu tren y el mío ya están destinados a chocarse, si no movemos montañas por pasar juntos una noche.
Te quiero. Así de simple. Y voy a parar el mundo en la estación de RENFE, y lo voy a girar cuando quiera verte. Porque tú estás allí, y yo estoy aquí.
Pero nosotros somos, hoy, aquí, ahora. Estamos aquí y estamos allí.