domingo, 6 de mayo de 2012

Huye

Corría por sus venas euforia desatada, locura desenfrenada… Al besarle en el labio le arrancó un pedazo, dejando fluir la sangre entre sus dos bocas. No lo sentía, no sentían dolor. No reconocía las paredes contra las que él le apretaba ni el día ni el mes ni el sabor oxidado que lamía de su propia boca. Y en cualquier sitio, ebrios de locura, dejaban que sus instintos mandaran. Gritos, risas, llanto, vómitos, gemidos, humo, sonido, silencio… Y noches interminables. 

Tirados en no sé donde, tirándose a no sé quién. No sé qué está pasando, pero sus labios están magullados; su cuerpo, famélico; su vida, condenada.

-Solo estás perdida.

+Y tú… ¿Tú vas a ayudarme a encontrarme?