Ilustración de Pula Bonet de su libro La sed |
Anclada a este limbo
al que a veces me condeno,
me pregunto
qué es lo que estoy haciendo.
Y como la mujer desamparada que soy,
me uno a la fila de compañeras perdidas.
Yo te veo y tú me ves,
pero
¿dónde estamos?
Qué es este retículo
sin barras de metal,
ni paredes con gotelé
que me limita las zancadas.
Me pregunto por qué respiro esta ciudad
si el aire está oxidado.
Me consumo ante la ventana
y se me pasan las ganas,
esperando a que lleguen
las fechas señaladas.
No me pongas otra copa
que, para refugiarme,
Qué es este retículo
sin barras de metal,
ni paredes con gotelé
que me limita las zancadas.
Me pregunto por qué respiro esta ciudad
si el aire está oxidado.
Me consumo ante la ventana
y se me pasan las ganas,
esperando a que lleguen
las fechas señaladas.
No me pongas otra copa
que, para refugiarme,
yo bebo de la nada.
Apática perdida,
tachada de ignorante,
de puta,
de culta,
de fea,
de todas esas cosas
con la que la peña
nos etiqueta.
Cansada, hastiada,
Cansada, hastiada,
de soportarme las penas.
Buceando en las ruinas
de mi propia miseria.
Recreándome,
Buceando en las ruinas
de mi propia miseria.
Recreándome,
llorando,
aferrada a to' lo negro.
Niñata asustada,
Niñata asustada,
con complejo de poeta.
Miro al asfalto
Miro al asfalto
y solo veo carretera,
vías,
vías,
trenes,
cualquier otro paisaje
que no me recuerda a mi tierra.
cualquier otro paisaje
que no me recuerda a mi tierra.
Que mis cadenas fluyen desde dentro
y mis alas son las de un ave negra.
Que esto sea una pausa.
Y que la vida me encuentre rápido.