que tengo que estrenar un conjunto de lencería
y tres tangas de encaje.
No te vayas,
que tengo que hacer el examen de conducir
y para lo único que lo quiero
es para que seas el copiloto
de todos mis viajes.
No te vayas,
que se acabarán los poemas felices,
y seré como cualquier otro poeta.
No te vayas,
que la tortuga se queda.
No te vayas,
que Tanzania nos espera.
No te vayas,
que aún tengo que enseñarte
que por dentro
eres aún mejor
de lo que me dicen tus ojos.
No te vayas,
que de las canciones
ya solo me quedaría nuestra estela.
No te vayas,
que me quedaría sin caballo destartalado,
sin caballero sin espada,
sin mi ángel de la guarda.
No te vayas,
que las brújulas se volverían a perder
y ya no habría laberinto
donde encontrarse.
No te vayas,
que ya nunca sabrías
que eres vida para toda mi cintura,
que ya nunca podría decirte
que sí,
que creo algo en Dios
desde que tú existes.