Congelando los momentos. Disfrutando al máximo. Haciendo el loco. Dejándome llevar.
Un día vas a bailar, otro a dar una vuelta pero por motivos extraños acabas gritando en medio de la calle y riéndote como si hubieras bebido litros de alcohol.
Te sorprendes a ti misma sonriendo en el día más triste, haciendo locuras que dijiste que no harías.
Como una montaña rusa: bajas, subes, caes en socavón o llegas a la cima más alta.
Hoy te ves preciosa, mañana odias todo tu ser.
¡Que sensación más rara es esta, que lloras riendo y ríes llorando!
Todo es nuevo.
Sabes que quieres equivocarte para poder aprender de tu gran error.
¿Quién dice que somos ignorantes? Somos los que más disfrutamos de esta vida y los que más la odiamos.
Los que se levantan en el cielo y se acuestan en el infierno.
Bendita/maldita juventud.