lunes, 17 de julio de 2023

Quien pierda a la pocha fregará los platos


Un collar de perlas negras y extralargo
da varias vueltas
sobre mi cuello de adolescente.
Huele a Lady Rebel y a Nivea de limón.
Y la sensación es siempre extraña:
deseo estar,
pero soy Cleo intentando comprender
por qué tengo cola de sirena.

[En el salón suena Dancing Queen
y yo solo puedo pensar
en esta danza familiar que ocurre ahora
como en un recuerdo]. 

Pediría tres, pero voy obligada
[ya desde que nací
con el puñito extendido,
como Superman y los huelguistas,
pensasteis que venía
con el As en la manga,
pero no apretaba más que una lombriz,
la que siempre quería llevarme a casa.
Bichito me llama ahora Mamá].

La de la frente, sin embargo,
ha sido una suerte.
Pero nunca admitiré azar en los juegos
si soy yo la que gana.

Luego, por la mañana,
viajamos a Mako
y escuchamos los dramas de Lizzie
cómo nos recuerdo allí sentados.

Cristina tiene la sonrisa de alambre
y mi flequillo, la forma de una escalera.
Pablo es tan bajito
como el primo al que saca seis años,
y el verano
la eterna postal
donde garbanzo
es la palabra
más graciosa del mundo. 

sábado, 15 de julio de 2023

Gorrioincito

 

Un pajarito ha caído del nido
y yo lo único que quiero
es tenerlo entre mis manos
(tanta ternura es imán
de accidentes de entusiasmo).
Pero al acercarme
revolotea
se esconde
huye.
– Yo solo quiero ayudarte.
Pero es mentira.
Lo único que en realidad deseo
es achucharle. 
Entretanto,
vigilan sus padres.
Entro en casa,
bajan al suelo;
salgo a la calle,
suben al acebuche.
Él ya es plumas y ligeros vuelos,
pero aún tiene cara de polluelo
y su nido le queda cerca,
pero tan lejos.
Después de comer,
vuelvo a buscarle.
Su canto se oye
desde lo alto de un árbol.
Un gorrioncito que al fin alzó su vuelo
para volver junto a su madre.